jueves, 25 de mayo de 2017

Avanza

Avanza.
Avanza sin miedo, debes hacerlo.
Déjame atrás o lo haré yo.
Superé y superaré todo ante mi,
soy frágil, quizá débil e incluso puede que tenga miedo
pero se lo que quiero, y cuando quiero algo lo consigo,
por esfuerzo o dedicación, por camino fácil o difícil, por mucho que cueste.

Hoy voy a plasmar de forma sencilla un capítulo más,
leído, repasado, repetido, estudiado,
un buen capítulo y no porque todo fuese por un camino de rosas,
un buen camino pues tiene todo lo que esto conlleva, un capítulo completo.

Amor, hubo amor, siempre lo hay,
cual sería la razón de la existencia de esto sin lo más importante en mi vida,
lo que hace que gire todo, que las cosas tengan sentido.

Por supuesto que hubo amor y deseo,
un deseo físico, deseo carnal e impuro incluso envidiado para algunos,
pero sobretodo, deseo de felicidad y lo conseguí aunque no todo el tiempo que hubiese querido.

Hubieron malos momentos
o malas rachas
o malos nosotros por no damos cuenta de que nos matábamos,
las mariposas se habían convertido en presión,
era insufrible, era... Imposible.

Jamás fue una montaña rusa,
hemos estado arriba del todo en las nubes,
y hemos estado abajo, en lo más abajo que puedas pensar, en el fin,
pero no hubo intermedio aunque si descansos.

Hace mucho que las cosas son distintas por aquí,
cegado o enganchado no te dabas cuenta y
solo podías ver las cosas de Blanco cuando había Gris o incluso un Negro denso.
Enganchado y no al amor sino a un recuerdo que nunca te ha dejado avanzar,
siempre he estado un paso por delante tuya.

En este capítulo se incluye algo tan desagradable a mi gusto y parecer
como la desconfianza que no es lo mismo que la falta de confianza.
(falta de confianza = confianza nula. Desconfianza = lo contrario a la confianza)
Jamás me había sentido engañada de esta forma.
Has sido cruel a la vez que me tratabas como a nadie,
una de cal y una de arena.

Hay algo que siempre he odiado,
las personas, los seres humanos,
tenemos un defecto notorio, sin excepción alguna,
todos le damos más importancia a 1 cosa mala que a 1000 buenas.
Pero he aquí mi dilema, si no queremos dañar a alguien, porque lo hacemos?
Porque realmente hacemos esa cosa mala.
Quizá un error, un despiste, una errata...
Para algo están las segundas oportunidades pero...
quien merece estas? Es algo tan subjetivo...
Incluso cuando se otorga una segunda oportunidad,
estamos dañados y
aunque digamos que está olvidado y/o perdonado
siempre se va a quedar esa espina, siempre lo recordaremos.

Gracias, por absolutamente todo,
tanto lo bueno pues he disfrutado,
he conocido, he ampliado mi ser, mi círculo, mi existencia,
tanto por lo malo pues son experiencias nuevas de las cuales aprender,
de las cuales podré rectificar y aconsejar, amplio el libro de cosas vividas, entendidas y descifradas, gracias por las respuestas a quizá futuras cuestiones.

Dicho esto, avanza.
No te quedes atrás, no te rindas, comete errores y aprende de ellos,
vas a perder mucho en la vida pero vas a conseguir mucho más.
Por supuesto, quien algo quiere algo le cuesta
y además si metes la pata, sácala.


Aprende, avanza, crece,avanza, comete errores pero avanza.

jueves, 16 de junio de 2016

Y comprendí

Y comprendí que 
hay personas que brillan 
sin ser estrella, 
y que hay silencios que separan, 
sin ser kilómetros. 
Que la vida es un poquito así, 
sin sentido, 
pero que nos desesperamos
por darle uno. 

Un sentido, 
con nombre y apellidos, 
a ser posible. 
Un sentido que nos abrace 
por las noches 
y que no se vaya 
al vernos las cicatrices:
que las comparta con nosotros.

Comprendí que enamorarse 
era una necesidad 
tan importante como respirar, 
y que, al igual que moría 
sino respiraba, 
también lo hacia, 
aunque de distinta forma, 
si no amaba. 

Pensaba eso del amor. 
Y también pensaba 
que las personas se habían acostumbrado
a maquillarse los sentimientos, 
porque tenían miedo 
de que alguien llegase 
y les hiciese daño. 

Y es que no hay nada peor 
que alguien te rompa 
lo más bonito que tienes, 
es decir, las razones de sonreír,
los sueños,
las esperanzas. 
Que te quite las ganas. 

Así que nos vestimos 
con un poquito de orgullo, 
y lo miramos todo 
desde la distancia,
tanteando el precipicio 
antes de saltar, 
porque si vamos a morir, 
queremos morir 
por alguien que sepa llorarnos.

Y sobre el desamor 
(o cuando sientes cosas bonitas
por alguien que ya está sintiendo 
cosas bonitas por otro) 
pensaba que, 
a veces, 
es inevitable. 

Y que, ojalá,
pudiésemos elegir 
de quién enamorarnos, 
y hacerlo de aquella persona 
que supiese querernos. 
Pero las cosas, 
por desgracia, 
no son así. 
Y muchas veces 
(más de las que me gustaría)
terminamos padeciendo insomnio 
por alguien que, 
además, e irónicamente, 
nos hace soñar.
Y luego termino 
hablando sobre la capacidad 
de olvidarnos de las personas, 
y sobre la naturaleza 
de los recuerdos, 
diciendo que la mejor forma 
de olvidar a alguien 
que nos duele recordar 
es llegando a la conclusión 
de que no merecemos eso, 
de que merecemos algo más. 

De que merecemos sangrar 
por alguien que, 
luego, venga a curarnos. 
De que la vida no es tan larga,
ni dura tanto, 
como para estar perdiendo el tiempo 
esperando trenes 
que ya han pasado. 

De que hay que sonreírle
a los amaneceres,
independientemente 
de que llueva 
e independientemente 
de que compartamos cama 
con la soledad. 
Que las cosas llegan 
cuando menos las esperas, 
y que si siempre las estás esperando, 
sólo tardan en llegar un poquito más. 
Pero llegan,
tarde o temprano.
Y entonces dije: 
"Sigo queriendo 
a toda la gente 
a la que he querido en mi vida, 
pero sólo amo 
con esa urgencia 
en la mirada a la esperanza 
de que, un día, 
y qué más da cuándo, 
amaré a alguien y será para siempre".

jueves, 21 de abril de 2016

Las riendas de la vida

Tenía pendiente
escribir unos versos,
entre noche y noche
pensaba en lo nuestro.

Quizá nunca lo leas,
quizá no te lo creas,
juro que no es un cuento,
de verdad que te quiero.

Y es increíble como las cosas cambian
entre tu y yo las cosas siempre avanzan,
somos  invencibles nunca pierdas la esperanza
eres mi motivo de levantarme cada mañana.

Quería decirte  amor,
que son seis meses a tu lado
y no me arrepiento
de haberme enamorado.

Somos tan distintos y a la vez tan semejantes,
que sanas la herida que me dejaron antes.
Hablando del ayer, nuestras vidas eran mierda,
ahora a mi lado las sonrisas van que vuelan,
noches en vela, que si valen la pena,
horas hablando como si no hubiera horario.

Se que lo tuyo no es la poesía,
pero a mi es lo que me llena, poder escribir nuestra historia cual novela,
y que muera de envidia quien la lea.

Y falta un final sencillo,
quizá eches en falta el estribillo,
pero una vez más te digo,
que eres lo más bonito que ha existido.

martes, 17 de febrero de 2015

Eres tú.

Apareces y me descolocas.
Siempre que hablo contigo
acabo con una sonrisa pintada
en la cara,
esperando que volvamos
para poder reirme un poco más
de lo feo que es
el mundo a veces,
y que contigo es
un poquito menos malo.

Supongo que mis noches son un poco menos oscuras
si estás al otro lado de la pantalla
(Porque de momento no puedo pedir más
a pesar de que me muero de ganas).
Me gusta cuando te callas y me miras
como si estuvieras tranquilo,
sabiendo que mañana cuando te despiertes
yo seguiré aquí
para ti.

No se muy bien
por qué seguimos con tantas ganas,
hay que ser muy valiente
para atreverse a quererme,
sabes de sobra
que no soy fácil.
Tengo mil manias
y tres mil razones por las que podrias odiarme,
pero tú
encuentras motivos donde yo,
 no los veo.

Y haces que mis semanas sean más de sábados
que de lunes,
que sean más veranos
que inviernos.

Por eso,
porque tú eres el que está aquí
(estando también allí)
aunque haya tormenta,
aunque todo a mi alrededor se derrumbe
estás tú para hacerme reir.

Digamos que eres 7esos 5 minutos
que tengo los lunes para dormir más,
como ese instante antes de subirte
a una montaña rusa.
Eres tú.

domingo, 14 de diciembre de 2014

A día de hoy.

Y ya ha pasado un año,
un año de grandes
y pequeños momentos
y han cambiado tanto las cosas
que ha llegado el punto
de que no reconozco nada,
quien diría hace un año
que las cosas fueran así.
Que soy feliz en su medida
con sus mases
y sus menos
pero de una forma distinta.

No seré tan lista
como los que me rodean,
pero a mi ahora
me acompaña la madurez
al compás de ciertas pinceladas
de idiotez y risas descontroladas.
Supongo que llegará el punto
que alcanzaré
la madurez en su mayor momento
pero de momento
sigo con las chiquilladas
de un un adolescente
y de sus amores incomprendidos.

Y de amores quisiera yo hablar más
de lo que hablo nunca,
pero las personas están cansadas
de siempre las mismas historias pasadas.

Pero hoy no vengo ha hablaros
de mis amores
abandonados en el olvido
ni mucho menos de aquellos
que forman parte de mi pasado.
Hoy todo es distinto,
porque hoy me he dado cuenta
de que las cosas han cambiado,
que una sonrisa amistosa
era una muestra de amor cariñosa, y que un abrazo sin sentido
mostraba más sentimientos
que los deseados.

Que cada vez que nos veíamos a solas
no era porque no había nadie más, era por el hecho de estar a solas de vez en cuando.

Todo ha cambiado hoy,
cuando nuestros labios
han estado tan cerca
que ni el aire
se atrevía a pasar entre ellos
e irrumpir el momento.
Cuando tu respiración
se fundía con la mía
y pedía a gritos
que no las separáramos nunca.

Y que nadie excepto nosotros dos,
se ha dado cuenta
de que esos segundos de ternura
pueden ser eternos
y que puedes apreciarlos
y aprovecharlos
o puedes como yo,
arrepentirte de no haber dado el paso
de hacerlo eterno en el recuerdo.

Y aquí estoy yo,
sentada frente a personas a quien quiero
pensando en cada momento
junto a ti,
definiendo cada sencillo segundo
Como lo mejor de la vida,
pensando que minutos de un baile contigo
pueden hacer que cambie
la forma de pensar
e incluso de actuar.

Y que hago yo,
si ya hay alguien más,
y más que alguien, estás tu.
Y que la distancia
sea el problema de todos mis amores
y que a ti te tenga tan cerca
haciendo lo que nunca hice por nadie
por estar un segundo más a tu lado.

Ya no se que hacer
porque me falta valor
para el adiós
y me falta fuerza
para el siguiente paso,
dejémoslo en darle
tiempo al tiempo
y dejar que se solucionen
las cosas solas.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Aquella felicidad

Un día te das cuenta, 
el tiempo ha pasado 
y sigues en el mismo lugar de siempre. 
Y todo lo que eso conlleva. 
Sigues teniéndole miedo 
a las despedidas 
y sigues sin saber 
si existen finales felices. 
Sigues esperando 
y desesperándote, 
y aprendiendo a rimar
insomnio con nicotina. 

Las noches 

se convierten en jaulas
y los días te matan 
sin pedir permiso. 

Un día te das cuenta de que 

estás tan vacío por dentro que, 
sólo de pensarlo, 
te entra vértigo, 
y es que no has conseguido
nada ni a nadie que 
consiga hacerte sonreír 
como si el mundo no doliese. 

Escribes. 

Cierras los ojos. 
Bebes. 
Duermes pocas horas. 
Detienes alarmas. 
Y te preguntas por qué
y hasta cuándo. 
Por qué y 
hasta cuándo de todo: 
de tu vida. 
O de la muerte. 
Pero empiezas a pensar 
que quizá sean lo mismo. 

La gente te mira, 

sonríes, 
y qué sabrán ellos 
de lo de adentro. 
Qué sabrán 
de tus ganas de vomitar 
todas esas esperanzas 
que han caducado 
y que ahora 
sólo te dan dolor de cabeza. 

Y cómo sabrán 

que ese brillo de tu mirada 
no son ilusiones, 
sino lágrimas que 
nunca aprendiste a derramar. 

Gritos envasados al vacío. 

A tu vacío. 
Y te pones una canción triste 
y subes el volumen. 
Quizá, piensas, 
mañana todo irá mejor. 
Pero no. 
Mañana seguiremos aquí, 
en el mismo lugar de siempre, 
y seremos las mismas coordenadas 
de un mapa en el que
no sabemos encontrarnos. 

Y así es un poquito la vida, 

como un concurso 
de ver quién muere mejor. 
O más rápido. 
O algo parecido. 
No lo sé, 

Tengo esa sensación,de que 

nos estamos acostumbrando demasiado 
a ser precipicios. 
A precipitarnos. 
A sonreír cuando nos disparan 
y a decir que no nos ha dolido. 
A maquillarnos, a disfrazarnos 
y a quedarnos muy quietos 
cuando queremos escapar. 
A que se nos queden 
los "te quiero" 
en la punta de la lengua 
y terminen, 
un día, 
o una noche, 
desangrándonos por dentro.

Y así 

no vamos a ninguna parte. 
Que yo sólo quería deciros 
que lo más cerca 
que he estado de vivir 
fue aquella vez en la que, 
dándole las primeras caladas 
a mi primer beso con  él, 
me atraganté con una sonrisa. 

Y es triste 

que pueda llamarle vida 
a eso y no a todo lo demás. 
Y ya está. 
Ojalá venga alguien 
y nos lleve a ver mundo, 
o a ver camas, 
o a ver qué hacemos
con toda esa felicidad 
que nos debe la esperanza. 
Cerrad los ojos, chicos. 
Yo no creo en los deseos, 
pero a veces sería bonito hacerlo.

martes, 4 de noviembre de 2014

¿Sabéis que?

Escribir una nueva historia
es difícil si aun tienes 
el otro libro al lado,
que ya no lo quieres
pero lo tienes por si acaso.

Y en realidad
este libro no lo empiezo ahora.
Llevo tiempo tratando de engancharme a uno nuevo, 
hasta hace poco.
Si, tengo un libro nuevo
en el cual escribir
y no se por donde empezar.
Al parecer, es mas fácil acabarlo  y descifrarlo con cada verso
que empezarlo todo de cero.

Veo nubes 
y pienso en uno.
Camino por plazas
mientras recuerdo a otro
En fiestas
veo a un tonto
Y entre miradas
suspiro y le odio.

¿ Y sabéis que?
llega un momento 
en que no puedes más,
en el que pasas de todo
y de todos.
Que estas tan jodida
que te la suda el mundo.
Que al cabo de tanto tiempo,
solo aprendiste una cosa:
SIEMPRE HAY ERRORES.

Y sabes esa persona
que te prometió toda su vida
y que ahora te da la espalda.
Que sí, que van de amigos,
pero... ¿luego?
pasan de ti en las malas.
Después de tanta mierda
sólo me queda decir una cosa.
NO TE FÍES DE NADIE